“Amamos nuestra propia sensación de libre
albedrío, aun siendo limitada.
Tenemos miedo de estar sin nuestra propia
voluntad privada.
Este es uno de los ases bajo la manga de
la mente.
Cuando hablamos de rendición, sientes como
que estás rindiendo tu propia autonomía a un poder más grande y ya no tomas tus
propias decisiones.
Piensas: <<Puede que no esté de
acuerdo con Dios. Puede que no me dé lo que quiero>>. Piensas que puede
que sacrifiques tu hermosa vida sólo para terminar como un vegetal espiritual.
Pero en la experiencia misma de rendirse y
saborear el fruto de la rendición ves que ni siquiera necesitas confiar. Eres
uno con el Universo, que está en perfecta armonía y alineación consigo mismo.
¿Por qué tendrías un deseo cuando todo es tan perfecto? Si todo es perfecto,
¿Por qué querrías libre albedrío?
Mooji
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